En sinfonía inconclusa.
Se durmieron las palabras.
Todo quedo en ese silencio frio.
Entre la palabra que se rompe.
Con el grito de amor dolorido.
La pena se hizo dolor y nombre.
Se apagó la bella luz de tus ojos.
Adormeciendo el tan dulce aliento,
y en tu boca ya apagase el beso.
Entre el ruego, sin ayer ni tiento.
De la palabra que forja recuerdo,
esa que ata y apresa sin tiempo.
La que toda pieza bien construye,
La que va quebrando sola a destiempo.
La palabra sorda, muda y profunda,
que daña y golpea duro el pecho,
Esa que nada espera, ni anuda,
la que sola abraza sin despecho.
Palabra que yo pronunciar no alcanzo.
La que solo encuentro en tristes rezos.
Calma que ansiar, ni hayo, ni ya abrazo.
Plegarias que se hicieron remanso.
La que en silencio repito y resuena,
como el retocar de un triste y lento eco.
Ven a mi muerte desnuda y muda,
ven a fundirme en el vasto verbo.
Entre la lejana pena y la sombra,
entre ayer y el desolado recuerdo.
Porque mi voz ahogada le nombra,
porque alcanzarle mi bien no puedo.
Ay pena de esta historia inconclusa,
porque yo le busco y no le tengo.
Y entre las mil palabras confusas
rebusco calma que hallar no obtengo.
Al primer hijo de mis entrañas,
pasión de amor y madre el primero.
Primogénito que duro arañas,
en las raíces de este reguero..
Este que en sinfonía inconclusa.
Se durmieron las bellas palabras.
Como al sentir de una ajena inclusa.
y ahogándose entre las plegarias..
Esas las que no terminan nunca..
AUTOR-@-Francis Falcón..
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