lunes, 17 de noviembre de 2014

El viejo STRADIVARIUS.








    El viejo STRADIVARIUS.




    Sentado en la silla del viejo salón
    tocaba despacio con toda atención.
    Sus manos cansadas hacia resonar
    el viejo violín que llego a heredar.

    Decía feliz contando su historia
    que era una parte de su vieja gloria.
    Hablaba de sueños entre melodías
    y regalaba al mundo todas sus alegrías.

    Ya estaba cansado decía al mirarlo
    y mis ojos brillaban solo al pensarlo.
    Que bella era la vida decía tocando
    mientras que sus manos iban acariciando.

    El viejo violín que un día heredara
    con cuanta dulzura el acariciara.
    Sus cuerdas pequeñas y llenas de vida
    le daban con su manos melodías en salida.

    Amores callados, tiempos de antaños
    decía relatando mientras iba tocando.
    Y de tanta dulzura me fui yo formando
    A su semejanza el quererme y creando.

    A pasado el tiempo y aun le recuerdo
    mirándole fija con tanto amor ofreciendo.
    Cuando me llamaba su dulce princesa
    y con tanto cariño me hacia ser esa.

    La niña pequeña que fue madurando.
    orgullo sentía de lo que fui logrando.
    Y de que nos valen siempre repetía
    Con cosas vánales no se hace la vida.

    Y después del tiempo aun la memoria
    me trae con cariño su trozo de gloria.
    Que suerte la mía el haberle tenido
    ser esa princesa de alguien tan querido.

    mi padre del alma, mi confidente y amigo
    orgullo y grandeza que guardo conmigo.
    Somos de nobleza decías recordando
    y esa nobleza estaban tus manos labrando.

    Que nada se compra ni puede venderse
    y somos tan solo seres que prevalecen.
    Ante toda discordia y amando florecen.
    Los tiempos de gloria que tú lo mereces.


    Mi padre adorado maestro de mi vida.
    Con tú mano firme guiaste la mía.
    Llenando mi mundo siempre a la vera mía,
    Tú dulce princesa, hoy té agradece la vida.



    Autor-@-



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